Egg (1970-1974)

Los aovados embriones, digresión bajo la escena Canterbury:

De vuelta de las vacaciones, en pleno noviembre, ocaso del equinoccio, cuando la monotonía empieza hacerse notar y el frío aumenta en el auspicio de la añoranza veraniega... abro puertas y ventanas y ya puedo empezar a notar el exquisito aroma de la tierra humedecida, sín duda el otoño-invierno está llegando, período que me apasiona, son tiempos de melancólica seducción, tiempos en los que la cadena recobra el sentido de la tracción, tiempos de reflexión mental sobre la autoría del propio yo... ondeando en planes futuros la coexistencia social que abarca la gran parte del tiempo volviendo a resurgir tras la barbarie calurosa... asimilando las premisas en incontables aficiones que emergen del subconsciente para impeler al duro lapso invernal.

Este año prometo ser mas moderado frente a mis diatribas, que afloran desde mis opiniones personales... aunque no pretendo crear un dogma de sistemática función deferencial hacia la causa en cuestión, sino abstenerme en certeros intentos auto impulsivos, intentando sacar “lo mejor” de cada cosa y no hacer un fuerte hincapié en los puntos flacos, con el fin de inculcar un ambiente sano sin displicencias ni desagrados... a cualquier asiduo al blog.

Mientras escribo y escribo desde mi azotea, en la oscuridad de la noche, suenan de fondo unas “cancioncillas” en forma de hilo ambiental que me inspiran hacia la “tinta y el papel”, a la luz del candil, en un bramante de “duende y numen”.

¿De qué banda se trata?, efectivamente, del trío que ya ocupará un puesto en este novísimo blog.

Un conjunto londinense, que en mi opinión, es para ser percibido en ciclo “otoño-invernal”, sus melodías nos trasladan directamente hacia la escena Canterbury, y a esos primeros “freaks” que sin ser conscientes de ello, estaban creando un género casto... que remaría en la vanguardia setentera, como herederos directos de los “padres alucinógenos”, terminada la década de desenfreno.

Una agrupación de irrefutable pureza musical regida en instrumentos básicos impregnados de majestuosas técnicas instrumentales, objetivo fácil de detractores inanes, que se tanto abundan en tiempos hodiernos. Una banda que entre sus filas militaría un principiante “Steve Hillage”, antes de su despegue definitivo... no sin antes haber participado en grandes del género como los “Súper capirotes voladores – Gong”, que seguramente influirían aún más en el buen camino del gusto musical, paradigma frecuentemente rebatido por amistades de dudosa vileza.

Fundada en Londres en 1968 con el nombre de “Uriel”... como el espejo diáfano de “Arzachel”, tras la separación de éstos, Dave Stewart, Mont Campbell, Clive Brooks y Steve Hillage (que se encontraban de vacaciones universitarias) cambiarían el nombre instaurándose definitivamente como “Egg” tras conseguir un contrato con “Middle Earth club's management Branch”, potestad del sello “Decca” (subsidiario de la discográfica “Deram”) en octubre de 1969, lanzando finalmente el primer Lp homónimo el 13 de marzo de 1970, un álbum sin duda subversivo en todos sus aspectos, siendo “Fugue in D Minor” la sublime joya (adaptación de

Sebastián Bach) que rompió los esquemas del momento, fuertemente bombardeado por las emisoras de radio, consiguiendo rápidamente influir a la prensa y bandas que emergían tras el lustre del pedestal londinense, pero sin duda, lejos del margen comercial, esta pista es la de menos importancia para los amantes de la progresión, aunque, sinceramente yo no puedo descartar ninguna canción a lo largo del repertorio discográfico de los “ovalados embriones” y sí puedo cerciorar con evidencia que nos adentramos en una de las pocas agrupaciones que entre sus grabaciones no existen canciones excedentes.

El éxito de “Egg 1970” sirve como incentivo para el segundo registro, esta vez producido por “Neil Slaven”, lanzándolo finalmente en febrero de 1971 bajo el nombre “The Polite Force”, curiosamente fue un fracaso comercial… misterios de la humanidad… intentan resurgir afianzándose en pequeñas giras, pero nada, la gente parecía haberse olvidado de ellos, es increíble ver como se abaten las ilusiones… el inaudito talento de los componentes se veía enterrado en cuestión de meses en lo mas hondo del subsuelo… pero gracias a los mini bolos concedidos, consiguieron sufragar el tercer Lp tras firmar con “Virgen-Caroline Records” publicándose finalmente en Agosto del 1974 bajo el título:

“The Civil Surface”, tras un trienio de demoras... dejando claro su estilo portentoso, su idea tenaz hacia su pasión por el género, esta vez apoyados en la guitarra por “Hillage”, su viejo compañero de batallas, Lindsay Cooper (colaboradora habitual de Mike Oldfield, Henry Cow, Comus, y un largo etcétera) en el oboe, y la guapísima (una de tantas) súper hippie “Barbara Gaskin” vocalista de “Spirogyra”, entre otros… Como anécdota, en este último registro , el sonido percusivo se percibe sobresaturado, debido a que “Clive Brooks”, obligó a subir la ganancia de sus canales en la mesa de postproducción, un hecho “en parte” fatídico.

Según señala Dave Stewart;

“It was the unbending wish of drummer Clive Brooks that his drums be featured prominently in the mix, and that the other members were unable to persuade him otherwise”.

"Fue el deseo infrenable de “Cliver Brooks”, que sus tambores ocuparan un destacado puesto en la mezcla, los demás miembros no pudieron (pudimos) persuadirle de lo contrario".

A pesar de su gran repertorio musical y elenco el LP de nuevo no consiguió recalar entre la multitud, eludiendo a los componentes del éxito (en manos de Yes, Genesis, Elp, Pink Floyd…), obligando a seguir a sendos con sus proyectos personales, dejando en nuestras manos obras de irrefutable valor de consolidación progresiva.

En definitiva, una banda de enorme aprecio por parte del reducido especializado, afamados oscuros en círculos de impertérritos inusitados, que disciernen mediante su tiempo libre en la composición denodada de unos músicos de respeto, muy muy lejos de lo comercial intensamente establecido por unos cuantos “aburdos-musicales” ¡¡opsss, si he vuelto a faltar el respeto, pero prometo que no lo volveré a hacer!! Jajaja.

Saludos Camaradas. Sergio Bujez.